Camping Bahía de La Baule

Miembro del selectísimo club de las “Bahías más hermosas del mundo”, la bahía de La Baule es también una de las más largas de Europa. Con sus casi 9 km de extensión, este interminable arenal le brinda un sinfín de posibilidades para nadar, tirarse a la bartola y navegar las olas del océano durante su estancia en camping en Loira Atlántico.

¿Y el resto del tiempo? Disfrute de la buena vida en un camping de 4 ó 5 estrellas: actividades deportivas, animaciones en familia, relajación en la terraza de su mobile-home o siesta bajo la tienda de campaña, ¡tendrá usted la libertad de elegir un programa de actividades a su medida! ¿La bahía de La Baule le ha dejado con ganas de más? ¡Entonces dese un buen chapuzón en las piscinas o los toboganes acuáticos del espacio de baño!

Si sus hijos solo conciben las vacaciones al borde del mar, ¡su estancia en camping cerca de la bahía de La Baule no les decepcionará ni un ápice! Su larga extensión de arena fina será el escenario de inolvidables aventuras: construcción de castillos de arena, deportes náuticos de todo tipo, cata de deliciosas “niniches”, deliciosas piruletas típicas de La Baule, con los pies a remojo…

Al atardecer, ponga rumbo a Le Pouliguen en el extremo occidental de la bahía, al sur de Guérande. Su célebre paseo frente al océano es el punto de encuentro de las familias: ¡la feria, los tiovivos y las confiterías se suceden para alegría de los pequeños!

Si bien la inmensa playa de La Baule es el principal reclamo de los veraneantes, lo cierto es que se esconden preciosos tesoros más allá de la primera línea del litoral. Admire las villas rodeadas de pinos, a cual más espectacular y símbolo inequívoco de esta célebre estación balnearia, durante un agradable paseo en pareja. De estilo Art Déco, Belle Époque o morisco, ¡diviértase con su media naranja eligiendo sus residencias vacacionales favoritas!

Al recorrer la bahía en dirección oeste, las playas familiares van abriendo paso, poco a poco, a calas más secretas, lejos de las multitudes. La cala de Pierre Plate, en Le Pouliguen, con sus aires de atolón polinesio, le dejará boquiabierto.