Cuando uno piensa en Bretaña, las primeras imágenes que le vienen a la mente son los típicos pueblos al borde del mar, la paleta de azul del mar que contrasta con el verde de su vegetación, el agradable estilo de vida y, por supuesto, ¡su gastronomía! Esta última ha sabido conquistar paladares más allá de sus fronteras. Acompáñenos en este tour por las especialidades bretonas, tanto dulces como saladas, que no puede dejar de descubrir o redescubrir durante su estancia.
1. Las galettes de trigo sarraceno
Indisociables de la región bretona, las famosas galettes de trigo sarraceno harán las delicias de todos los gourmets, tanto los grandes como los pequeños. Son un plato completo en el que cada cual podrá elegir la guarnición que más le apetezca (queso, huevo, jamón o la famosa andouille o salchicha de Guémené). ¿Y de postre? Pues más crêpes, pero en esta ocasión a base de harina de trigo y con caramelo de mantequilla salada, compota de manzana o simplemente salpicados de azúcar. ¡Deguste estos manjares en una AUTÉNTICA crêperie bretona para que el sabor y la autenticidad alcancen las más altas cotas!
2. El Kouign-Amann
Mantequilla salada (¡siempre!) en una cantidad más que generosa, bien de azúcar y todo ello mezclado en una masa que se repliega múltiples veces sobre sí misma: he ahí algunos de los secretos de la elaboración de esta tarta que es toda una institución de la cocina bretona. Deliciosa, crujiente y fundente, ¡cualquier hora del día es bueno para darse un capricho a base de este sabroso dulce!
3. El far breton
Tras visitar un faro bretón, llega el momento del… “far” bretón! Estos dos homónimos en lengua francesa representan cada uno parte de la esencia de Bretaña. El segundo, el far, el más dulce, es el primo lejano del flan o la crema pastelera y debe su sabor al particular sabor de la mantequilla salada con un toquecito de ron. Nótese que lo encontrará en dos versiones: la versión original y la versión con frutas.
4. El sablé breton
Los golosos sin solución conocerán de sobra los palets Bretons, esas deliciosas y crujientes galletas de mantequilla. Descubra aquí su hermano mayor: el sablé breton, reconocible por sus cruces. En lo que respecta a la receta, los ingredientes son los mismos (azúcar, harina, huevos ¡y la imprescindible mantequilla semisalada de Bretaña!) y vuelta a empezar. Toda la familia se VOLVERÁ LOCA y lo devorará sin moderación. Y si está recién salido del horno de la panadería, el placer será si cabe mayor… Se nos hace la boca agua solo de pensarlo.
5. El caramelo con mantequilla salada
Si hay un producto emblemático de la gastronomía bretona, ¡no cabe duda de que es éste! Podrá encontrar este dulce en todas partes y en todas sus formas: líquido, para untar, en los crêpes o en forma de bombón o de piruleta. Y lo mejor es que cada pueblo bretón tiene su propia receta. De eta forma, cada cata es única, si bien el dulzor y su emblemática untuosidad, aportados por el toque de la mantequilla salada, son una constante.
6. La Cotriade
Cada región tiene su sopa de pescado emblemática: en Marsella, es la bouillabaisse y en Bretaña, ¡la cotriade! Esta versión bretona de la sopa de pescado incluye especias y verduras y se toma con croûtons. Se trata de un sabroso plato que ensalza los productos del mar bretón. ¡No espere a probarlo o redescubrirlo!
7. Kig-ha-Farz
Aunque el nombre es difícil de pronunciar, este plato tradicional se saborea sin dificultad alguna. Este estofado bretón, que significa literalmente “carne y far”, es rico en sabor y… ¡en calorías! Se trata de una pasta de harina de trigo sarraceno que se mete en un saquito de tela y se cuece durante largas horas en un puchero. Acompañado de un jarrete de cerdo salado, carne de buey y legumbres, este completo plato se sirve con una salsa con mantequilla (qué si no) y chalotas llamada “lipig”. ¡A la mesa todos!
8. Fresas de Plougastel
Ácidas o dulces, la fresa encuentra en Bretaña un clima especialmente propicio a su cultivo. Y no son solo una sino múltiples las variedades de fresa que se cultivan en el corazón del cinturón dorado de Bretaña. Gracias a su sabor excepcional y su carne jugosa, gozan de gran popularidad en las estanterías de las fruterías y en los restaurantes más aclamados. Y, cada mes de junio, se convierte en la estrella de la fiesta. ¡Esta celebración será la excusa perfecta para saborear este tesoro vegetal!
9. La sidra y el lambig
¿Qué mejor para acompañar los crêpes, el far o el kouign-amann que un vaso de sidra bien fresca y espumosa? Seca o dulce, este brebaje de tono ámbar será el compañero ideal e imprescindible de su merienda bretona. Y, si es ecológica y artesanal, ¡mejor que mejor! Una vez destilada, se obtiene el “lambig”, un aguardiente típico de Bretaña. A consumir con moderación, claro está.
10. El Chouchen
Terminaremos este tour por las especialidades culinarias con otro manjar imprescindible de la gastronomía bretona: el chouchen. Esta bebida celta se obtiene a partir de la fermentación de una mezcla de agua y miel con levadura de manzana y aporta ese toque dulce perfecto para poner el broche a su degustación de especialidades bretonas. ¡Salud!
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