Camping El Museo del Louvre

No hay duda de que su estancia en camping en París será rica en aventuras, tanto si viaja con sus hijos como si lo hace sin ellos. Y, algo nos dice que su visita al Louvre, el museo más grande del mundo, figurará en lo más alto de su lista de recuerdos imborrables de sus vacaciones. Desde el Antiguo Egipto hasta los Tiempos Modernos, prepárese para vivir una apasionante epopeya a través del tiempo y el espacio. 

Para preparar su visita de la mejor manera posible, levántese prontito después de una noche de sueño reparador. En este sentido, su camping a las puertas de París le ofrece multitud de opciones entre las que elegir: noche insólita en una cabaña encaramada, 100% confortable en una mobile-home de alta gama o tradicional en una siempre genuina parcela de camping. Para desconectar y ponerse en forma, apueste por las piscinas del parque acuático, los terrenos deportivos al aire libre y las animaciones para toda la familia. En lo referente a las excursiones, abundan las opciones: castillo de Versalles, bosque de Saint-Germain, Disneyland y, por supuesto,… ¡París!

Con sus cientos de miles de obras de arte repartidas en 72 hectáreas de exposición, necesitará más de un día para visitar el museo del Louvre. Para que su visita en familia sea un éxito para sus hijos, haga todo lo posible para que la suerte se ponga de su lado. Algo nos dice que los jóvenes campistas estarán ansiosos por conocer los sarcófagos del Antiguo Egipto… ¡Ponga rumbo al ala Sully, en la planta 0 del museo: encontrará también las obras maestras de la Antigua Grecia, que le sumergirán en un fascinante viaje al corazón de su mitología!

Otra cita ineludible del Louvre es la galería táctil, el único espacio donde se pueden tocar con los dedos las obras de arte. ¡Los niños se lo pasarán en grande!

Entre las esculturas de la Galería de Miguel Ángel en la planta 0 y los tesoros de la Galería de Apolo en la planta 1, ¡el Museo del Louvre sabe como rendir tributo a los enamorados! Desde Psique hasta la Venus de Milo, pasando por la imprescindible Gioconda, regálese una visita romántica al museo, que podrá descubrir también por la noche los miércoles y los viernes.

A la salida del museo, la visita continúa: con buen tiempo, prolongue el paseo por los espectaculares jardines de las Tullerías y del Carrousel, ambos contiguos al Louvre. ¡Se trata de dos lugares de descanso que le vendrán de perlas después de una visita cargada de descubrimientos!