Camping Cornualles

Menos conocida que su prima inglesa, el Cornualles bretón es una tierra de leyendas y tradiciones que cautiva a todo aquel que lo visita. El encanto de sus paisajes, entre la tierra y el mar, su rica historia, su irresistible estilo de vida y sus interminables playas de arena, además de sus muchas otras cualidades, lo convierten en un destino ideal para unas vacaciones en la naturaleza en familia, en pareja o entre amigos. 

Para explorar este pequeño paraíso, nada como un camping Sandaya, donde estará en el corazón mismo de este encantador entorno y podrá disfrutar de servicios y actividades de altos vuelos: ¡espacio acuático climatizado, spa, clubes infantiles gratuitos, terreno polideportivo y mucho más! En Sandaya, nos tomamos las vacaciones en camping muy en serio. 

Las vacaciones en familia en Cornualles serán la ocasión perfecta para mostrarles a sus hijos los tesoros naturales de Bretaña. Y créanos, son muchos: la Pointe du Raz, con sus aires de tierras recónditas, las islas Glénan y sus aguas turquesas o las dunas de la bahía de Audierne, peinadas por el viento. Grandes y pequeños quedarán prendados con el sinfín de sorpresas que se irán desplegando ante su mirada. 

En lo que a actividades se refiere, tendrá con lo que ocupar a sus peques desbordantes de energía, tanto en tierra firme como en el agua: senderismo, deportes náuticos o concurso de castillos de arena en una de las muchísimas playas familiares de Finisterre, su programa se presenta tan cargadito como divertido y memorable.

Atención, la siguiente actividad se presenta romántica a más no poder. ¿Acaso hay algo mejor para compartir instantes dulces en pareja que un paseo por el agua durante un crucero por el río Odet? De Bénodet hasta Quimper, su paseo fluvial estará jalonado por paisajes a cuál más hermoso. 

A los amantes del deslizamiento les interesará saber que Cornualles es un spot de surf y windsurf codiciado. Ponga rumbo a la Pointe de la Torche con su traje y su tabla y trate de domar las olas del océano Atlántico. Si prefiere disfrutar de un paréntesis en la naturaleza con su pareja, diríjase a la península de Crozon, un lugar idílico que alberga paradisíacas calas y tesoros neolíticos.